Murió Tamy, el elefante asiático de 55 años que iba a ser trasladado a un santuario en Brasil

El paquidermo fue rescatado de un circo en 1984. Desde hace una década se preparaba su ida al mismo sitio donde fueron enviadas Pocha y Guillermina. Las autoridades investigan las causas de su muerte.

Actualidad24/06/2025Mendo HoyMendo Hoy
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El elefante Tamy falleció a los 55 años y se investigan las causas.

Tamy, el elefante asiático de 55 años que vivió durante cuatro décadas en el Ecoparque de Mendoza, falleció en las últimas horas. El animal había llegado al entonces Zoológico provincial en 1984, luego de que el Circo Hermanas Gasca lo dejara en la provincia por no contar con permisos para cruzar a Chile.

En las próximas horas se le practicará una necropsia para determinar con precisión las causas de su fallecimiento.

Un largo camino de recuperación

Tamy fue rescatado tras años de maltrato en el circo y desde entonces vivió en un recinto del exZoológico provincial. En los últimos años, su hábitat fue reacondicionado especialmente para él, incorporando puertas de entrenamiento, zonas de sombra, y un entorno más confortable y controlado para garantizar su bienestar.

Era el padre de Guillermina, la elefanta que junto a su madre Pocha fue trasladada en 2022 al Santuario de Elefantes de Brasil. El mismo destino estaba previsto para él, y desde 2023 se encontraba en proceso de entrenamiento para ser transportado de manera segura.

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A lo largo de este proceso, fue evaluado y atendido por especialistas internacionales como Ingo Schmidinger, referente global en bienestar de paquidermos, y Johana Rincón Alba, veterinaria de la Fundación Franz Weber, quienes implementaron técnicas de refuerzo positivo y ajustaron su medicación y dieta.

Su traslado estaba en preparación

Desde hace años, el Gobierno de Mendoza, la Fundación Franz Weber y el Santuario de Elefantes de Brasil avanzaban con los preparativos para su traslado al refugio ubicado en Chapada dos Guimarães, estado de Mato Grosso. Todos los permisos administrativos y sanitarios estaban en regla, pero su frágil estado de salud había obligado a postergar la operación.

A pesar de los esfuerzos, Tamy murió en el recinto donde pasó sus últimos años, rodeado del equipo que lo acompañó con compromiso y dedicación. Su historia refleja no solo el impacto del cautiverio en animales silvestres, sino también la importancia de trabajar por un modelo de bienestar animal más respetuoso y reparador.

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